Desde que nací fui un agitador. Encontré en la figura del colibrí a un igual. Observé cómo su presencia revoltosa generaba luz y una energía positiva que lo iluminaba todo. Descubrí lo que quería ser de mayor.
Mi vocación es la edificación, pero no aquella insalubre que no piensa en el ser humano y su salud. Mi bandera es la nueva edificación donde el espacio es un nido que te cuida y protege, un lugar confortable y honesto con las personas que lo habitan y el entorno que lo acoge.
Mi actividad profesional está inmersa en la construcción pasiva, aquella en la que creo; mi labor divulgativa como conferenciante y escritor está basada en convencerte de que esta creencia puede cambiar tu mundo.
El resto del tiempo cocino para mis amigos y en especial para mis 3 hijos. Dejando en cada plato el mismo sentimiento, el mismo amor que cuando bailo nuestras danzas.